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Juventud y cooperativismo, un tejido que urge fortalecer

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Juventud y cooperativismo, un tejido que urge fortalecer

Desde 1923, por petición de la Alianza Cooperativa Internacional y de la ONU, se celebra el primer sábado del mes de julio el día internacional de las cooperativas. En el panorama nacional nuestro país cuenta hoy con 3205 cooperativas. Según datos de Confecoop, en 520 municipios hay como mínimo una domiciliada.

A propósito de este hecho hay que destacar como este instrumento permite cerrar brechas y ofrecer oportunidades a las personas, no solamente que constituyen el movimiento, sino también a las comunidades donde las cooperativas hacen presencia; y en especial como puede incidir en la situación que está viviendo nuestro país y el papel fundamental que vienen teniendo los jóvenes.

Francisco Luis Jiménez, catalogado como el padre del cooperativismo colombiano por su liderazgo y aporte ideológico, y quien vivió más 100 años, 70 de ellos dedicados al hacer cooperativo, decía por la década del 40: Si Colombia tuviera un grupo de jóvenes aptos para dirigir y administrar, ¿cuántas cooperativas? ¿De acuerdo con el anhelo nacional, estaríamos en condiciones de fundar en este año? ¿Dentro de cinco? Si eso fuera así, tendríamos resuelto el problema de la agricultura, el de la industria, el del consumo, el del transporte y el de la vivienda, el del crédito. En fin, todos aquellos que hacen parte de la llamada cuestión social. Pero como no existen esos jóvenes, es evidente la necesidad de prepararlos. Más, como no hay donde hacerlo, hay que fundar el centro donde se puedan formar.

Este es un importante llamado que sigue vigente, a propósito de un cooperativismo no solamente diseñado para el hacer empresarial, sino para honrar los principios de identidad y solidaridad que definen muy claramente la manera de juntarnos para resolver nuestras necesidades. No hay que olvidar que la intención básica y fundamental, el propósito superior está en un cooperativismo para el bienvivir, en la idea que sea un instrumento maravilloso de relación, de participación y ejercicio de la democracia, de desarrollo de una educación, para que la vida sea de otra manera.

Y en ese propósito está el reto de acercar los jóvenes, para que hagan parte integral de estos proyectos y encuentren en el cooperativismo un camino para solucionar las necesidades que tienen y que los ha llevado a movilizarse.

Ya hay un camino recorrido: el apoyo a los jóvenes para que se vinculen y permanezcan en la educación superior a través de los recursos de los excedentes de las cooperativas destinados a este fin. En Confiar estos esfuerzos se han mantenido y unido a procesos como la entrega de becas educativas a personas asociadas y sus beneficiaros y el apoyo a programas de formación alternativa en energías renovables.

La movilización mostró una urgencia en los jóvenes de encontrar formas organizativas más equitativas y plurales, orientadas a economías más justas. El cooperativismo ha develado este camino no solo ofreciendo un modelo económico distinto, sino abriendo espacios para la democracia participativa en su delegataria.  Confiar, por ejemplo, tiene una zona especial de juventudes, que hace parte esencial en la constitución de la asamblea.

Estamos en un momento muy especial de transformación de la vida de nuestras organizaciones y de la sociedad, por esto del COVID 19 y nos hemos propuesto hacer un cooperativismo distinto, en la intención de interpretar no solamente las necesidades de quienes tiene vínculos asociativos o laborales, acordes con los nuevos momentos; pero también mantener esa capacidad de adelantarnos, de enraizar la cooperativa para poder responder y anticiparnos a los retos del presente y del futuro diseñando estrategias y acciones que nos permitan atender esas situaciones.

Y esos cambios pasan por reconocer otras dimensiones para que la vida sea más grata, como lo ha hecho Confiar durante sus 49 años, el poder de la cultura, de la  diversidad, entender que no solo juntos sino entre iguales podremos hacer una sociedad distinta para alcanzar los propósitos del bienvivir y de manera particular, continuar con la intención de acercar a las personas a través de herramientas digitales que les permitan atender las necesidades del momento, sin olvidar la presencia territorial. El mirarnos a los ojos, el acompañarnos.

Son muchos los retos que tenemos para que el cooperativismo siga teniendo una importancia trascendental, fieles al origen de nuestros pioneros de Rochdale, creadores del milagro de la cooperación 1844, cuando se fundó la primera cooperativa, para entender estos momentos de transformación y hacer de la economía y el pensamiento solidarias, otro mundo posible.

Les compartimos este video de Ariel Guarco, Presidente de la Alianza Cooperativa Internacional,
máximo órgano de integración cooperativa. #SoyConfiar